• Escrito por : Unknown lunes, 14 de marzo de 2016

    DEATHCLAW




    Estábamos rodeados. En medio de la casa en ruinas, en el segundo piso.
    Podía ver las nubes de la noche, cubriendo la luna cada vez más. De alguna forma sentía compasión por ella, me imaginaba a mí misma en su situación, siendo cubierta poco a poco por la oscuridad.
    Casi no podía oír. Los latidos de mi corazón eran tan fuertes que hacían que la sangre colapsara mis oídos y se hinchase hasta tal punto que prácticamente sólo podía escuchar el bombeo constante y rápido de ello. Pensé que me iba a desmayar. No aguantaba más esa frustración. No quería ser devorada por aquellos monstruos. No quería que todo aquel viaje, todo aquel camino, hubiese sido para terminar en las tripas de una manada de monstruos.
    Hasta ahora, sólo había oído historias de su existencia. Tenía la esperanza de que aquellos bichos no existiesen. Enormes reptiles con garras y dientes afilados como cuchillas. Como los dinosaurios, pero con pulgares prensiles. Inteligentes, que se mueven en manadas, y atacan a sus presas de manera infalible.
    Escuchaba la madera crujir. Aquella casa llevaba deteriorándose, qué, ¿300 años?
    Sin ayuda de ningún tipo, íbamos a morir. Algunos de los demás que estaban conmigo comenzaron a desprender lágrimas de sus ojos, tapándose la boca para no ser oídos.
    Y poco a poco, fuimos escuchando los pasos de sus patas andar por la casa. Sabían que estábamos allí. No importaba el número que fueran, ninguno de nosotros teníamos armas para combatirlos. Era una completa locura siquiera intentar oponerse a esas cosas físicamente.
    De pronto, comencé a pensar en alguna manera rápida e indolora de suicidarme. Pero no se me ocurría nada. Empecé a buscar a mi alrededor, buscando algún sitio con un trozo de metal que clavarme en la cabeza. Prefería cualquier muerte a ser devorada viva. No quería ni imaginármelo.
    Y entonces, comenzaron a escucharse los sonidos de sus afiladas uñas subir por las escaleras.
    Mi corazón ya no presionaba mis tímpanos, directamente parecía que estaba saliendo sangre de mis orejas. Cada vez aquellos pasos se acercaban más y más. Hasta que por fin, comenzó a asomar la cabeza de aquel monstruo. Quise buscar una salida, quise huir... pero creo que aunque hubiera existido algún tipo de escapatoria, toda aquella tensión me estaba matando de tal manera que no sabía si aún seguía teniendo movilidad en mis extremidades.
    Y de pronto, la criatura giró la cabeza. Y sentí sus ojos clavándose en mí. Estaba mirando a la muerte a los ojos.
    Se dirigió a nosotros, lentamente, a dos patas.
    Todos permanecimos inmóviles, con la esperanza de que sólo pudiera detectar el movimiento... o algo así. Nos miró a todos. Se terminó de erguir y abrió la boca.
    — ¿Qué hacéis aquí? — Acababa de... hablar.

    { 2 comentarios... read them below or Comment }

    1. ¿Los sanguinarios hablan? Yo solo les he visto partirme la cara en los Fallout, nada de hablar xDD

      ResponderEliminar
    2. Dalasito, ¿Lo continuarás? De verdad que me atrapó, así que ansío que la sigas :) saluditos

      ResponderEliminar

  • Copyright © - Dalas Review Blog

    Dalas Review Blog - Diseñado por Laura Solanes